Cefalea: es la sensación dolorosa localizada en la bóveda craneal.
Pueden clasificarse en: a) las cefaleas sin causa órganica identificable y b) las cefaleas con causa órganica identificable.
Cefaleas sin causa orgánica demostrable:
Algunas cefaleas se desarrollan en respuesta a stress emocional, algunas recidivan a intervalos regulares como si estuvieran determinadas por algún reloj biológico interno “cefalea en racimos”.
La cefalea tensional (por contracción muscular), habitualmente comienza en forma gradual y empeora hacia el final del día. El malestar es descripto como constante, molesto, opresivo, en el cuello y en la parte superior de la cabeza. Las cefaleas a menudo persisten durante días, semanas o meses. Están acompañadas por sensación de aturdimiento y dificultad para concentrarse.
Las crisis de cefaleas tensionales pueden estar desencadenadas por depresión, tensión emocional o la posición forzada del cuello. Estos síntomas pueden aliviarse con el ejercicio, calor, antidepresivos, relajantes musculares y tranquilizantes.
Cefaleas en racimos: Las cefaleas “en racimos”, aparecen varias veces en el día o en el transcurso de una semana o durante varias semanas. El dolor comienza de manera abrupta, a menudo una o dos horas después de acostarse. Habitualmente está ubicado en un ojo o sus inmediaciones, pero puede sentirse en la sien o en ese lado de la cara. Hay congestión facial y ocular. El alcohol precipita los ataques.
Migraña:
La migraña es una cefalea que se presenta periódicamente, y mejora al permanecer en la oscuridad o en el sueño. Es hereditaria, afecta más frecuentemente a las mujeres.
En general comienza en la adolescencia y tiene un pico entre los 30 y 45 años, tiende a disminuir después de los 50 años, sobre todo en los hombres.
La cefalea comienza rápidamente, el dolor es intenso. Puede acompañarse de nauseas, vómitos y visión borrosa.
Cefaleas en la hipertensión arterial: no son específicas de la hipertensión arterial. Aparecen al despertar y se localizan en la región occipital. Duran unas pocas horas.
Cefalea asociada a la fiebre: muchos cuadros febriles son acompañados de cefaleas.
Cefalea por tos: la tos puede producir en ocasiones dolor de cabeza intenso, que suele durar unos minutos o aún menos.
Cefaleas de causa ocular: el glaucoma agudo, puede causar dolor en la órbita.
Cefaleas en sinusitis: las sinusitis frontal y maxilar son responsables del dolor espontáneo y sensiblidad en las zonas correspondientes.
Cefaleas de causas odontológicas: la infección de la raíz apical de una o más piezas dentarias puede producir un dolor constante y punzante en las encías superiores o inferiores. En este caso el dolor puede irradiarse desde la articulación hasta la sien, el rostro o el cuello. Una tendencia a apretar las mandíbulas (bruxismo), agrava el trastorno.
Cefaleas por afecciones de la columna cervical: cualquier trastorno de la columna cervical puede producir cefalea occipital, así como dolor referido en la región frontal y ocular.
Cefaleas por compromiso de los nervios craneales: se destaca la del nervio trigémino, la afectación de una o más de sus ramas pueden dar origen a a dolor muy intenso. Este dolor puede ser precipitado al hablar, o masticar.